La garantía de una buena impresión de gran formato
El paso de la pantalla al soporte físico es una de las mayores alegrías para el diseñador gráfico. Como cuando uno ve prosperar a su criatura. Desde el momento en el que un artista de lo visual concibe una de sus obras –aunque sea mero trabajo, él va a sentirlo como una pequeña pieza de “su arte”–, el paso definitivo es el de verlo plasmado en la calle, ya sea en una lona, en una banderola publicitaria o en una marquesina.