Procuro que mis alumnos aprendan… a través de la fotografía

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¡Qué bonito es enseñar! Creo que no me equivoco si digo que es la mejor profesión del mundo, o al menos así me lo parece a mí. Es cierto que mi opinión no va a ser la más objetiva porque me dedico profesionalmente a ello, pero la verdad es que realmente disfruto de lo que hago y eso tiene un valor que excede de lo puramente material, del dinero que recibo por ello. Enseñar me hace feliz y, además, me permite superarme a mí mismo cada día para conseguir el objetivo que tengo siempre en mente: ayudar a construir mentes preparadas para la vida real.

Cuando leo noticias que indican que el 94% de los docentes de primaria volvería a elegir la misma profesión, como ocurre en la noticia que acabo de enlazar y que procede de la página web oficial de La Moncloa, me reafirmo todavía más en lo que he dicho. Creo que todas las personas que nos encontramos trabajando en lo que tiene que ver con la educación primaria tenemos motivos para sentirnos felices y creo que tenemos la llave para intentar que esa educación que proporcionamos sea más libre, de más calidad y que construya a gente mucho más preparada para las nuevas generaciones.

Llevo siendo profesor de primaria un par de años. El proceso para llegar a conseguirlo fue duro, eso es lógico que lo comente puesto que ya sabéis cómo suele ser una oposición en este sentido. Y me encanta todo lo que tiene que ver con mi profesión. La verdad es que me siento motivado a diario y, además, procuro ser original con todo lo que hago con los chavales durante mi jornada laboral. Una de las cosas que siempre me ha encantado ha sido el mundo de la fotografía, así que he intentado meterlo de algún modo en mis clases porque sé que a los jóvenes de hoy en día también suele gustarles este tema.

Cuando me estaba preparando las oposiciones para maestro de primaria, ya tenía en mente que había determinados aspectos de los temarios que me gustaría impartir a través de salidas a la naturaleza y de la fotografía. Compartí mis pensamientos con mis preparadores, Preparadores Valladolid, que son especialistas en asuntos como la educación primaria, la educación física, la audición o el lenguaje y la pedagogía terapéutica, entre otras cosas. La idea les fascinó y me animaron a que, en cuanto obtuviera mi plaza, incorporara técnicas como las que tenía en mi cabeza. Y hasta hoy.

Durante mi primer año como profesor, me pareció normal que me asaltaran las dudas en los momentos en los que empecé a organizar esta actividad. Antes de que se produzca, nunca sabes cómo se lo van a tomar los alumnos, que son los principales protagonistas de todo esto. Pero la verdad es que, en cuanto comuniqué mis intenciones a los chavales y a los demás profesores del centro, todo el mundo elogió mi originalidad y se mostró ilusionado ante una nueva forma de enseñar en el centro. La verdad es que despertó mucha expectación esta manera de entender la educación.

Lo que pensé fue llevarles a una especie de pradera para analizar los tipos de árboles que se levantaban en ella. Me parecía una manera muy didáctica para que comprendieran una asignatura como lo es Ciencias de la Naturaleza. La verdad es que llevarles sobre el terreno y permitir que captaran fotografías fue algo de lo más acertado porque no solo permitió que comprendieran mucho mejor los distintos tipos de plantas y árboles que allí se encontraban, sino que también cultivó su faceta más artística.

La iniciativa fue todo un éxito en el colegio y la verdad es que muchos de mis colegas en el centro empezaron a copiar este modelo para impartir sus clases. Y la verdad es que hemos detectado que esto funciona de lo lindo y que los alumnos y alumnas del centro integran mucho mejor los conocimientos. Esto, que siempre ha sido el objetivo primordial del centro y de la educación en general, es lo que ha hecho que los padres y madres valoren también de una manera muy positiva la iniciativa, de la que estoy seguro de que los alumnos y alumnas se van a acordar por el resto de su vida.

Yo, que veo a los chicos y chicas todos los días, creo que les hace especial ilusión tener actividades que se salgan de la media y que les permitan seguir aprendiendo al mismo tiempo. Ese es uno de los grandes retos que tenemos las personas que nos dedicamos al mundo de la enseñanza primaria. Y la verdad es que es una de esas cuestiones que más me gustan de mi trabajo y una de las que más me motivan. Ya sabéis que los profesores también necesitamos estar motivados porque los alumnos van a notar esa motivación para sentirse vivos y tener pasión por aquello que aprenden.

España sigue siendo un modelo envidiable de educación pública 

Nuestro país es uno de los que se encuentran a la cabeza en lo que tiene que ver con la educación pública y creo que no somos conscientes muchas veces del tesoro que supone esto. En una noticia publicada en la página web del diario La Razón, Lola González, directora de Aula 2022, aseguraba que la educación española cumple con uno de los estándares de calidad más altos de calidad educativa. La verdad es que es un orgullo que así sea y tenemos que hacer todo lo posible para mantenernos en lo más alto.

Muchas veces, no se valora lo suficiente el trabajo que hacemos los profesores. Estoy de acuerdo en que haya quejas cuando un profesor no cumple exactamente con el cometido que tiene, pero creo que la originalidad y el hecho de entenderse con los chavales y chavalas en las aulas y fuera de ellas es algo básico y que no tenemos conciencia acerca de todo lo que va a ayudar a construir. Con la realización de actividades como las que os he comentado, la verdad es que he ayudado a iniciar un vínculo que nos va a ayudar a todos, a mí como profesor y a los alumnos, a sentirnos mucho mejor en clase y a aprender tanto como deseamos.

También creo que las generaciones de profesores jóvenes que estamos empezando a llegar a ocupar estos puestos de trabajo estamos cambiando muchas cosas en relación a la manera que se tiene de enseñar, y creo que eso está haciendo posible que mejore la calidad de la educación pública en un país como el nuestro. Tenemos otra visión de la vida, estamos empezando a usar las nuevas tecnologías con las que hemos estado familiarizados toda la vida para enseñar y, en resumidas cuentas, estamos abanderando un cambio en el modelo educativo que era necesario y que está teniendo buenos resultados.

Yo creo que los alumnos están contentos cuando se les plantea maneras de aprender que trascienden de lo tradicional, que van más allá de la típica clase que tenemos en el aula y en la que el profesor se dedica a hablar sin parar. Hay que dar alternativas, ofrecer salidas de vez en cuando y usar todas esas herramientas tecnológicas que podamos tener a mano para complementar el aprendizaje y hacer de él algo mucho más rico de lo que puede ser usando técnicas tradicionales. En la variedad está la clave y no cabe la menor duda de que hay que promover todo lo que tenga que ver con una enseñanza que sea lo más completa posible.

No debemos olvidar de que la mejor manera de enseñar es haciendo que la gente a la que enseñamos se lo pase bien, que disfrute de lo que está aprendiendo. Cuando conseguimos que eso sea así, tenemos muchas más opciones de tener el éxito que estamos buscando. Tened en cuenta que una vez nosotros fuimos alumnos y alumnas y que seguramente aprendiéramos más en momentos en los que estábamos disfrutando que en instantes en los que la clase ha sido más tradicional, en la que el profesor habla y los demás escuchan.

Hay muchas maneras de conseguir que las clases sean más divertidas de lo común. Cada profesor o profesora tendrá su manera de hacerlo posible y es probable que tenga un grado similar de éxito. No es necesario competir los unos contra los otros, sino hacer posible que la gente que tenemos delante, aquella en cuyas manos está el futuro de nuestro país y el de este planeta, aprenda las nociones básicas de la vida y de la realidad que les rodea. A mí se me ocurrió que la fotografía podía ser una manera excepcional de afrontarlo, pero… ¿podría yo negar que la música también lo fuera? Por supuesto que no. Seguramente, sea tan idónea como la fotografía. Lo único que tengo que hacer es aplaudir a quien apueste por ella y celebrar sus éxitos como si fueran los míos.  No hay más.

 

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