El coste de la producción como factor condicional para la creación audiovisual

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Antes de llegar a la gran pantalla, todo cortometraje, largometraje o mediometraje ha pasado por la fase de producción audiovisual. La producción audiovisual se conforma de diferentes partes: preproducción, producción y posproducción.

La primera fase es la preproducción, siendo el momento en el cual se tienen que tener en cuenta toda una serie de elementos, entre ellos el temido presupuesto, que se debe elaborar incluyendo todos los gastos previstos. Dicho presupuesto no es algo inamovible,  ya que durante las distintas fases de la producción a veces, se tiene que cambiar porque aparecen nuevos gastos. Parte importante de este presupuesto, son el factor humano y el factor técnico. Normalmente se debería intentar tener un fondo para cubrir imprevistos, pero no siempre es posible.

Lo ideal sería que todo proyecto tuviera un presupuesto para poder llegar al momento final, el montaje, donde con las instrucciones del director se crea el producto final. Pero esto no ocurre siempre, ya que muchas realizaciones, se comienzan con el presupuesto justo, a partir de un guion o idea.

Sin duda el cine independiente es el que sufre más en España la falta de presupuesto; buenas ideas que desaparecen o simplemente pasan a comercializarse, de tal manera que la idea del director queda subyugada a la falta de fondos. Por ahorrar pueden desaparecer personajes, localizaciones y otros elementos pensados en la fase inicial de la producción, llegando a cambiar escenas enteras del film.

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Productor y Director, todo en uno

Por este motivo muchos de los grandes directores de la historia han producido sus propias películas, teniendo siempre el control desde el inicio de la preproducción. El mejor ejemplo de cómo llevar a cabo una película al margen de la industria cinematográfica y conseguir que sea todo un éxito es Hitchcock y la adaptación al cine de ‘Psicosis’.

La película llega en un momento donde por encima de la creación prima la censura. Debido a este motivo, las grandes productoras estadounidenses se negaron a financiar la película.  El director siempre quiso mantenerse fiel a la idea original, el guion de Joseph Stefano a partir de la novela homónima de Robert Bloch. Este guion nunca fue compatible con la censura, sobre todo por algunas escenas consideradas escandalosas, entre ellas el famoso grito de Marion en la ducha. Si esta escena en concreto  hubiera desaparecido o no se hubiera rodado como quiso Hitchcock, no habría sido lo mismo.

Cuando no tuvo financiación externa, tuvo que poner dinero de su bolsillo,  más del 50% de los costes totales, y de esta manera hizo ‘Psicosis’, porque de haber quedado ligada a la financiación externa, muchos de los rasgos que la han hecho pasar a la historia como la representación del terror en el celuloide no habría sido posible.

Quitar escenas, cambiar el final, desaparición de personajes son solo algunos de los aspectos que puede hacer cambiar la idea original, con la cual se ha concebido el guion.

Hoy en día, la industria cinematográfica usa medios como el crowdfunding o financiación colectiva, intentando atraer a un público hacia el proyecto y con ello a nuevos inversores. El crowdfunding, a diferencia de la visión del mercado tradicional, no busca una gran inversión, sino atraer a pequeños inversores y terminar película sin estar subyugado a un inversor.

En definitiva, crear una película requiere el tiempo y esfuerzo de un equipo, pero por encima de estos factores e incluso de la idea original, se encuentra la financiación.

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