De siempre me gustó nadar. Eso me permite desconectar de la realidad, me relaja. Nadando se me olvidan los problemas. Me siento feliz como un pez en el agua… Además, esta buena costumbre me permite lucir a mis cincuenta y cinco años una figura envidiable. De pequeña, cuando todavía vivía con mis padres en Holanda, me apuntó mi madre (¡gran aficionada de este deporte!) con apenas cuatro años a un curso de natación que daban en la piscina municipal de nuestra localidad. ¡Fue una auténtica revelación! A partir de entonces ya no dejé de nadar… ¿Por qué decidí instalar en mi casa una piscina DTP? ¡La razón es muy sencilla! Pues al trasladarme en el año 2009 por razones laborales a España, y al ocupar un cargo bastante importante al que dedicaba muchísimas horas, me resultaba entonces muy difícil –por no decir imposible– encontrar una piscina pública abierta después de mi intensa jornada laboral.
Estuve un tiempo yendo sólo los fines de semana a nadar, pero debo reconocer que echaba en falta el hecho de no poder dedicarle más tiempo y días a mi pasión. ¡Siempre iba a contrarreloj! Con lo cual me sentía cada vez más tensa, más irritable… Por ello y después de habérmelo pensado mucho y de haber hecho las cuentas, llegué a la conclusión de que lo más fácil para mí era instalar en mi propia casa una piscina. ¡Y es lo que hice! A día de hoy no me arrepiento en absoluto de haber tomado esta decisión. Ello me permite en efecto ir a nadar cuando lo deseo y seguir así cuidando –y a una edad para algunos “venerable”– tanto de mi salud como de mi físico.
En Piscinas DTP son unos verdaderos profesionales y se han convertido por ello en líderes en lo que se refiere a las piscinas prefabricadas de poliéster. Proponen una gama de lo más completa y variada, así como unos colores exclusivos. En cuanto a la seguridad y a la calidad, ellos son los que a mi parecer ofrecen las mayores garantías. Os lo puedo asegurar porque cuando decidí instalar una piscina en mi casa, mis hijos eran todavía pequeños y su seguridad era lo que más me preocupaba por aquel entonces, ¡más que el diseño de la piscina! Tomé nota pues de los parámetros que marcaba la Unión Europea (normas ISO, etc.), y Piscinas DTP fue la empresa que mejor los cumplían en mi opinión. ¡No me extraña que hayan logrado de esta forma convertirse en un referente en el mercado de las piscinas a nivel nacional y más allá!
De hecho me enteré hace poco por una prima mía cuya hija (Lorena) se fue de “Erasmus” el año pasado a América Latina de que también importaban allí, porque da la casualidad que hablando con la familia en la que se alojaba y al especificar que era de Toledo, le dijeron a Lorena que la piscina que tenían en el jardín la habían importado de España, ¡concretamente de Casarrubios del Monte! ¡El mundo es un pañuelo! Yo sabía que trabajaban con Europa, pero no con América e ¡incluso con Oriento Medio! ¡Ello demuestra que en España también sabemos hacer las cosas bien y no sólo la juerga y la siesta como lo piensan muchos! En fin…
Unos añitos han pasado desde que decidí confiar en la empresa toledana DTP para la instalación de mi piscina, y la verdad es que sigue de bella como el primer día. Está compuesta de un mineral natural e inalterable y de unos materiales poliméricos de alta calidad que la hacen increíblemente resistente. ¡Yo estoy la mar de contenta con ella!